Despertó esa mañana con el golpe de la puerta. Era el chofer de la ambulancia que traía el recado de su jefe: "dijo el Dr. Catalán que lo llame urgente". Mientras prepara una taza de café y mira por la ventana de la cocina la enorme columna de humo del volcán Chaitén en erupción, marca en su celular el número del jefe.
"Bueno, vamos a necesitar apoyo para el Cirujano Videla en Chaitén".
Se sentía extraño, una sensación de satisfacción lo inundaba y no parecía sentir miedo. Al contrario, tenia ganas de ir, y se fue manejando hasta Castro pensando en una excusa que inventar, para que el reencuentro no sonara a búsqueda.
No alcanzo a llegar a Castro. Se detuvo en Chonchi en donde las máximas autoridades en salud recorrían los albergues de evacuados que habían llegado hasta la isla. Ahí tuvo que lidiar con aquellos que considera inútiles, o más bien muy útiles para cosas no importantes, y planificar el tema del viaje a Chaiten. Así mismo pudo conocer la incomodidad de conocer a la Ministra y que esta demostrara el cariño que le tiene, así como cuando niño, frente a todos los que habia tratado de convencer de que es un adulto rudo, duro de tratar y por sobre todo un convencido de sus ideas.
Salieron de Chonchi luego de rechazar la invitación a almorzar del alcalde de Chonchi, que al parecer solo quería una foto con la ministra para su próxima campaña. La dirección era Castro, el muelle donde estaban llegando los buques de la armada y las barcazas particulares con el resto de los evacuados de la erupción. Luego de una hora y de despedirse de su tía ministra, se logro embarcar en el Micalvi, un buque de la armada que estaba realizando tareas de sondaje marino en el sector de Inio, tierras del magnate sonriente que pretende comprar Chile. El viaje se torno lento, aburrido y casi interminable. Es probable que todo esto aumentaba con la ansiedad que sentía, con aquella sensación de incertidumbre de no saber cual era el destino en los próximos días, en lo emocional y en lo relacionado al bendito volcán.
Llego aproximadamente a la media noche a Chaitén. Para llegar al Patrullero Médico Dental Cirujano Videla debia hacer un pequeño viaje en zodiac de alrededor de 10 minutos. El ambiente, al contrario de lo que pensaba, no era tan frío, sino más bien se sentía un olor a azufre que le irritaron los ojos y lo hicieron llorar. Se subío al bote de goma y sintió como la ansiedad aumento, los latidos cardiacos subieron, una emoción subterránea logro plasmar su pecho para sacar ese fuego que permanece encendido. Así entonces abordo al buque, para que su pecho nuevamente hiciera erupción, como tantas otras veces. Pudo entender por fin al Volcán Chaitén.