lunes, junio 30, 2008

LOS NADIES







Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.

Que no hablan idiomas, sino dialectos.

Que no profesan religiones, sino supersticiones.

Que no hacen arte, sino artesanía.

Que no practican cultura, sino folklore.

Que no son seres humanos, sino recursos humanos.

Que no tienen cara, sino brazos.

Que no tienen nombre, sino número.

Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.


Eduardo Galeano

jueves, junio 26, 2008

IMPLICITO


La propia conciencia es quien le manda señales desde los inconciente para que aquel hombre sepa lo que tiene que hacer.


Camina bajo la lluvia chilota como si esta no mojara. La naturalidad de sus pasos bajo aquel diluvio le da una imagen segura y ruda frente a los ojos de un extranjero o de un visitante no isleño. Es quizás porque aquella lluvia se repite cada cierto tiempo dentro de si, que la que moja sus cabellos no parece importarle. Y cada vez que sucede eso, desde la inconciencia aparece aquel paraguas de racionalidad que es capaz de secarlo, de calentarlo por dentro y sanar mediante diversas formas las consecuencias de aquel diluvio interno.


Mira hacia ambos lados, las formas humanas corren a refugiarse de lo que a él le produce un efecto liberador grotesco y ridículo a los ojos ajenos. No importa, ya no importa.


Y así vuelve, vuelve a si mismo. Vuelve a tomar aquella decisión que tomo tantas veces, que ya ni el mismo se cree, que no es capaz de hablar con nadie, que no es ni siquiera capaz de entender, que la siente necesaria pero no tiene la suficiente fortaleza y valor para hacerla efectiva. Sabe que es producto de aquel diluvio, sabe que ya saldrá el sol, que se volverá a encontrar frente a aquella imagen seductora que le quita el habla. Sabe que aunque la razón quiera y la distancia provoque, esto no acabara mientras dure.


Y así se repite el ciclo, tal como aquel diluvio se volverá a repetir el próximo invierno. Y como aquel sol secara las pozas que queden el siguiente verano.

jueves, junio 12, 2008

NUEVO AIRE






Algo sucede, es como si un nuevo aire hubiese entrado por mi nariz, llenando mis pulmones para dotarlos de una energía renovadora de ganas y motivaciones. Lo más extraño es que siento que el cuerpo me pesa, que el exceso de trabajo y el casi año sin vacaciones me esta pasando la cuenta. Pero al contrario de lo que mi cuerpo quiere y me reclama, desde hace una semana que ando terriblemente productivo. Y lo digo en relación al tema laboral, como al emocional y por sobre todo al creativo. Esto se manifiesta de las más diversas formas, dormir poco, querer absorber cultura y conocimientos, leer, ver una buena película, soñar despierto, trabajar, escribir, tocar guitarra, escuchar música, soñar durmiendo, emocionarse con una nueva voz cautivadora, dejarse seducir por la expresión de una emoción en notas o colores, reflexionar con una historia de desconocidos y lograr sorprenderse, trabajando de nuevo, inventando soluciones a problemas eternos que nadie había visto, y por fin, trabajando nuevamente.

Y no crean que no he tratado de encontrarle una explicación a este estado de hiperactividad artisticoemociointelectotrabajolico. Pero no puedo, no tengo tiempo para eso, solo quiero aprovecharla para lograr algo, algo que me vuelva a la calma, para por fin descansar.

¿Seré bipolar?
¿O solo estoy tratando desesperadamente de aprovechar al máximo el tiempo chilote que me queda?
Lo paradojico es que este nuevo aire me viene en un momento de extrema necesidad. Es por eso que le doy las gracias a aquel ser, ente, superheroe o monje que lanzo este conjuro energetico sobre mi.

jueves, junio 05, 2008

ROMANCE ARTISTICO PASAJERO


El frío chilote te tocaba hasta los huesos aquella noche, sin embargo nada podía enfriar mi entusiasmo de ver por primera vez en mi vida a Los Jaivas. Desde pequeño que escuche los temas de ellos cuando mi viejo los ponía en la radio del querido escarabajo verde o en el gris equipo de música technics, que aún permanece durmiendo en el living de mi casa. Recuerdo haber tocado en flauta en las clases de música en el colegio la canción Todos Juntos. Y por su puesto haber visto más de una vez en Magnetoscopio musical algún video de Altura de Macchu Picchu. Tuvieron que pasar largos años para sentir su música en la misma ciudad incaica la cual recorrí con audífonos para incorporar su sentido. Pero nunca tuve el placer de verlos en vivo, nunca hasta aquella fría noche chilota.El gimnasio fiscal estaba repleto. De pronto se apagaron las luces y salieron aquellos que me hicieron bailar y cantar toda la noche. La música comenzó a fluir y las notas comenzaron a entrar armónicamente a mi alma desde todos mis sentidos. El tacto se convirtió en oídos y logre involucrarme con sonidos, voces y letras.

De pronto, me vi sorprendido. Estaba ahí, detrás de su batería a la cual acariciaba con sensual violencia y especial armonía. Al principio fue un juego de miradas, inocente pero demostraba un interés mutuo implícito. Se fueron agregando una serie de gestos seductores como el sensual movimiento de sus hombros al tocar, y por sobre todo aquella mirada que definitivamente logro cautivarme. Se que era para mi, lo sentí, se que Juanita sintió lo mismo. Yo intentaba seducirla con la mirada, la voz y aquel entupido bailar en un espacio reducido pero que algo de gracia tiene. En algún momento me pareció que se dio cuenta de aquel incomodo momento, y reímos en una tierna carcajada común, para subir todos juntos a escuchar a Violeta susurrarnos en el oído. La música continúo su camino para convertirse en un mar de gestos entre Juanita y yo que supe navegar con marcada paz y sensualidad.



Finalmente el oscuro silencio se apodero de mis oídos, nos dimos cuenta que todo había sido un juego, que nuestro amor no pasaba más allá de esa noche fría castreña, que aquella seducción mutua se acababa luego y que nuestro futuro solo sería aquel presente. Deje así entonces mi romance artístico pasajero.