jueves, junio 05, 2008

ROMANCE ARTISTICO PASAJERO


El frío chilote te tocaba hasta los huesos aquella noche, sin embargo nada podía enfriar mi entusiasmo de ver por primera vez en mi vida a Los Jaivas. Desde pequeño que escuche los temas de ellos cuando mi viejo los ponía en la radio del querido escarabajo verde o en el gris equipo de música technics, que aún permanece durmiendo en el living de mi casa. Recuerdo haber tocado en flauta en las clases de música en el colegio la canción Todos Juntos. Y por su puesto haber visto más de una vez en Magnetoscopio musical algún video de Altura de Macchu Picchu. Tuvieron que pasar largos años para sentir su música en la misma ciudad incaica la cual recorrí con audífonos para incorporar su sentido. Pero nunca tuve el placer de verlos en vivo, nunca hasta aquella fría noche chilota.El gimnasio fiscal estaba repleto. De pronto se apagaron las luces y salieron aquellos que me hicieron bailar y cantar toda la noche. La música comenzó a fluir y las notas comenzaron a entrar armónicamente a mi alma desde todos mis sentidos. El tacto se convirtió en oídos y logre involucrarme con sonidos, voces y letras.

De pronto, me vi sorprendido. Estaba ahí, detrás de su batería a la cual acariciaba con sensual violencia y especial armonía. Al principio fue un juego de miradas, inocente pero demostraba un interés mutuo implícito. Se fueron agregando una serie de gestos seductores como el sensual movimiento de sus hombros al tocar, y por sobre todo aquella mirada que definitivamente logro cautivarme. Se que era para mi, lo sentí, se que Juanita sintió lo mismo. Yo intentaba seducirla con la mirada, la voz y aquel entupido bailar en un espacio reducido pero que algo de gracia tiene. En algún momento me pareció que se dio cuenta de aquel incomodo momento, y reímos en una tierna carcajada común, para subir todos juntos a escuchar a Violeta susurrarnos en el oído. La música continúo su camino para convertirse en un mar de gestos entre Juanita y yo que supe navegar con marcada paz y sensualidad.



Finalmente el oscuro silencio se apodero de mis oídos, nos dimos cuenta que todo había sido un juego, que nuestro amor no pasaba más allá de esa noche fría castreña, que aquella seducción mutua se acababa luego y que nuestro futuro solo sería aquel presente. Deje así entonces mi romance artístico pasajero.

4 comentarios:

Amaranta dijo...

ay!... ese "emífero" recorrer de las emociones no???... jeje
Bue.. buen romance...

Muchas gracias por sus saludos, y que continúe experimentando la sensualidad de la vida...

Cariños

canastafamiliar dijo...

.."La música continúo su camino para convertirse en un mar de gestos entre Juanita y yo que supe navegar con Marcela Paz y sensualidad"..

Qué bizarra esa estrofa, pero buena.
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Cambiando de tema, y a proposito de sentimientos fugaces, te recomiendo el libro "Gracias por la Atención Dispensada" de Erick Pohlhammer.

Gonzalo Cárdenas Loguercio dijo...

Loco, no dice Marcela Paz, dice marcada paz.
Si no de verdad que hubiese sido bizarra, porque nada que ver tenia que ver papelucho en el cuento.

bebyta dijo...

genial, necesito algo para curar el corazon, existe algun remedio??
o algo para el olvido???