Sobre gotas de sangre derramada,
poso mis manos para acariciar piel necesitada,
surcos profundos se llenan de besos,
que los cubren de amor y pasión.
Acorde comandar mi vida por sobre emociones,
sublevarme por sobre el fuego que quema ilusiones,
ahogarme de a poco en mi mismo
para volver a verme, solo y sonriendo.
Sigo cruzando un desierto,
lleno de lagunas que calman la sed,
que desaparecen solas, me las bebo,
culpando al maldito sentido femenino,
que me persigue.
Frases repetidas, deseos incumplidos,
por aquel miedo que comparto y no puedo vencer,
paradojas de querer, no poder, no transmitir,
para finalmente no sentir.
Soledad querida acobardada por el temor,
de luces que alumbran deseos compartidos
que se diluyen en el inmovilismo
de no poder y querer.
Te parece conocido?
agua de sed que apaga incendios de locura
que me entregan finalmente
la calma, la ansiada calma.