lunes, junio 30, 2008
LOS NADIES
jueves, junio 26, 2008
IMPLICITO
La propia conciencia es quien le manda señales desde los inconciente para que aquel hombre sepa lo que tiene que hacer.
Camina bajo la lluvia chilota como si esta no mojara. La naturalidad de sus pasos bajo aquel diluvio le da una imagen segura y ruda frente a los ojos de un extranjero o de un visitante no isleño. Es quizás porque aquella lluvia se repite cada cierto tiempo dentro de si, que la que moja sus cabellos no parece importarle. Y cada vez que sucede eso, desde la inconciencia aparece aquel paraguas de racionalidad que es capaz de secarlo, de calentarlo por dentro y sanar mediante diversas formas las consecuencias de aquel diluvio interno.
Mira hacia ambos lados, las formas humanas corren a refugiarse de lo que a él le produce un efecto liberador grotesco y ridículo a los ojos ajenos. No importa, ya no importa.
Y así vuelve, vuelve a si mismo. Vuelve a tomar aquella decisión que tomo tantas veces, que ya ni el mismo se cree, que no es capaz de hablar con nadie, que no es ni siquiera capaz de entender, que la siente necesaria pero no tiene la suficiente fortaleza y valor para hacerla efectiva. Sabe que es producto de aquel diluvio, sabe que ya saldrá el sol, que se volverá a encontrar frente a aquella imagen seductora que le quita el habla. Sabe que aunque la razón quiera y la distancia provoque, esto no acabara mientras dure.
Y así se repite el ciclo, tal como aquel diluvio se volverá a repetir el próximo invierno. Y como aquel sol secara las pozas que queden el siguiente verano.
jueves, junio 12, 2008
NUEVO AIRE
Y no crean que no he tratado de encontrarle una explicación a este estado de hiperactividad artisticoemociointelectotrabajolico. Pero no puedo, no tengo tiempo para eso, solo quiero aprovecharla para lograr algo, algo que me vuelva a la calma, para por fin descansar.
¿Seré bipolar?
jueves, junio 05, 2008
ROMANCE ARTISTICO PASAJERO
Finalmente el oscuro silencio se apodero de mis oídos, nos dimos cuenta que todo había sido un juego, que nuestro amor no pasaba más allá de esa noche fría castreña, que aquella seducción mutua se acababa luego y que nuestro futuro solo sería aquel presente. Deje así entonces mi romance artístico pasajero.