martes, marzo 03, 2009

HORAS


Hoy la bahía esta más tranquila que nunca. Los botes me miran mientras miro como las olas se funden con sus colores reflejados en su propia imagen sobre el espejo de agua. Los pájaros cantan más fuerte que nunca, y su vuelo sobre el cielo chilote se torna circular y pausado. De vez en cuando alguno de ellos se sumerge en el mar para sacar algún alimento. Todo mientras una familia de pescadores rema hacia la orilla en un pequeño bote. Los remos penetran el mar provocando el único sonido presente. Hoy la bahía esta más tranquila que nunca.
Es probable que sea porque hoy es mi ultimo día en Queilen, en mi casa, en mi pueblo, en mi mar, con mi pueblo y con mi frente cegada por lo hermoso que es y que fue. No se trata solo de los profesional, ni de lo humano, ni de lo cotidiano. Se trata de relaciones, se trata de interacción con la naturaleza, con sonidos, olores, sabores y emociones. Se trata de rostros, palabras, testimonios y moléculas de racionalidad convertida en sueños. Se trata de esperanza, pero por sobre todo de lucha. Si, hoy es mi ultima noche como habitante de la comuna de Queilen. Y la bahía seguirá tranquila, los rostros permanecerán en la memoria, y las relaciones, dentro del corazón.

3 comentarios:

canastafamiliar dijo...

que lindo

Anónimo dijo...

De tus palabras brota la vida y la vida se queda en todas las luchas, las esperanzas, los sueños compartidos.
Sigue siendo intolerante con la desesperanza.

Sirena Varada dijo...

El tiempo es poderoso, todo lo perdona y todo lo olvida. Con una excepción: jamás olvida el mar. Quien ha vivido en el mar, quien lo ha visto cada noche oculto en las sombras que dibujan las estrellas, siempre sentirá la añoranza del regreso. Al final todo se olvida, todo se reduce a lo trivial, menos el mar.

Por cierto, preciosa foto.